Labor de detectives

7 pasos para documentar con éxito tu novela


La investigación es una de mis pasiones y documentar novelas una de mis actividades favoritas, pero me consta que no todo el mundo siente lo mismo que yo hacia la labor documental, a algunos escritores les resulta un paso necesario pero tedioso.


Ya que elegimos los temas sobre los que queremos escribir porque de una u otra forma nos atraen, zambullirnos en esas aguas llenas de motivos que nos apasionan puede resultar tan atractivo como abrumador o incluso “peligroso”… y es que a la hora de ponernos a investigar es tal la cantidad de información que podemos recabar, que es tremendamente fácil perderse, irse por las ramas, malgastar el tiempo o simplemente abandonar el proyecto porque nos da la sensación de que aquello es “demasiado grande” o excesivamente complicado como para que podamos manejarlo.

Para mí la clave es una organización eficaz con la que poder optimizar nuestros recursos; no solo me funciona para no perderme en un océano de información sino también para disfrutar más aún de esa fase de la creación de la novela que supone toda una labor de detectives.

A continuación te muestro cuáles son los siete nudos de esa cuerda que uso para bucear en la documentación y que me permite volver siempre a la superficie con los bolsillos llenos de tesoros ;-)


1. Identificar los tópicos principales

Identifica cuáles son los tópicos generales sobre los que necesitas aprender para escribir tu novela sin caer en incongruencias o anacronismos. Generalmente se trata de temas amplios como la época, el lugar, grandes eventos o motivos generales.

Ver caso práctico
(novela El ídolo)
Descárgate la ficha documental
para tópicos principales
















2. Identificar sub-tópicos

Identifica cuáles son esos otros tópicos que necesitas para pulir los detalles y dar más realismo a tu historia. Aquí investigas lugares y eventos específicos, asuntos como la moda de la época, las costumbres de un determinado grupo social, nombres de uso común en ese momento y lugar, procedimientos, etc.

A veces mientras escribimos nos topamos con un detalle que desconocemos, un sub-tópico con el que no habíamos contado y que por tanto no hemos investigado. En este caso te aconsejo dejar un espacio en blanco y poner una marca, añadir el tema a tu lista de sub-tópicos para investigar más tarde y seguir escribiendo o de lo contrario la investigación interferirá en el flujo creativo. Siempre puedes volver más tarde después de documentarte con tranquilidad y, con la duda ya resuelta, rellenar ese espacio.

Ver caso práctico
(novela El ídolo)
Descárgate la ficha documental
para sub-tópicos















3. Organizar los tópicos por orden de importancia

No todo lo que investigues tendrá el mismo peso, que dependerá del uso que le vayas a dar a la información. Por eso es útil tener claro cuáles son los tópicos indispensables y a cuáles puedes dedicar menos tiempo y recursos. No tiene mucho sentido concertar una entrevista con un profesional de un tema concreto si ese tópico lo va a mencionar de pasada y una sola vez un personaje terciario en una secuencia puente de la novela.


4. Establecer el objetivo de cada tópico

Cada tema que investigues lo haces por algo, con la finalidad de adquirir un determinado conocimiento que te sirva para escribir una novela mejor en distintos aspectos. Cada tópico pues debe cumplir un objetivo, si no lo hace lo puedes descartar directamente porque solo estará consumiendo tiempo y recursos que no estás dedicando a la investigación útil.

Ver ejemplo con el caso práctico de El ídolo

El objetivo está relacionado normalmente con toda la novela cuando es un tópico general y con una parte de ella cuando se trata de un sub-tópico, una escena, un detalle concreto… Determina la parte con la que cada tópico está relacionado y establece los objetivos. Así sabrás perfectamente dónde aplicar la documentación a la hora de escribir.


5. Identificar y usar las fuentes

Hoy día puedes conseguir una enorme cantidad de información sin moverte de casa, pero no siempre serán datos válidos y a menudo hay que estar alerta para discriminar y tomar solo lo que nos sirve desechando todo lo demás.

Estas son las principales fuentes de donde puedes extraer información:


Libros

La forma tradicional. Tus propios libros y/o de biblioteca. Normalmente cuando un tema nos interesa (motivo por el cual hemos decidido escribir al respecto) tenemos en casa amplia literatura sobre ello, al menos sobre los tópicos principales, pero siempre podemos acudir a una biblioteca para ampliar.

No hace falta que nos leamos de principio a fin cada libro que caiga en nuestras manos sobre la materia que estamos investigando, optimizaremos el tiempo si buscamos en el índice exactamente el asunto que nos interesa. En determinados casos también puedes usar reseñas o resúmenes. De cualquier forma, si usas libros para tu investigación procura que sean versiones actualizadas y fiables, no todo lo que está impreso es verdad indiscutible.


Internet
La gran fuente donde encuentras prácticamente todo lo que busques… y más. Entre tal cantidad de información debes tener cuidado de separar el grano de la paja. Visita páginas web fiables y serias, de organizaciones especializadas, de universidades, etc. Wikipedia es una gran enciclopedia virtual donde puedes obtener mucha documentación válida, pero sé crítico y no te quedes solo con una fuente, contrasta la información para asegurarte de que no estás recopilando datos falsos.

Ver tablero del caso práctico
en Pinterest
Internet te ofrece además un montón de recursos gráficos que te pueden servir no solo para mejorar tus descripciones sino también como fuente de inspiración. En Pinterest, por ejemplo, puedes encontrar una gran cantidad de fotos de buena calidad de los más diversos temas; te recomiendo abrir una cuenta si no la tienes ya y crearte tableros por tópicos, es una magnífica forma de tener bien organizada la información gráfica (recuerda que también puedes guardar vídeos y artículos en tus tableros) y que además te puede servir para compartir con tus lectores cuando tengas terminada tu novela, en forma de “extras” para promocionar en redes sociales.


Entrevista a expertos 
Si tienes la posibilidad de obtener información de un experto en la materia que investigas, hazlo, te puede dar una visión distinta además de servirte de contacto.

Antes de acudir a la entrevista, procura investigar al entrevistado, leer algo sobre lo que ha escrito o informarte acerca de su trayectoria profesional. Prepárate bien las preguntas y acude a la entrevista puntual, mostrando profesionalidad y un serio interés.

No confíes en la memoria (no es profesional y te puede dar sorpresas desagradables), toma notas y, si el entrevistado no tiene inconveniente, graba la conversación. Muestra tu gratitud no solo agradeciéndole el tiempo que te ha dedicado sino mencionándolo en tu libro con un comentario agradeciendo su colaboración y regalándole un ejemplar de la novela.





In situ

Si te es posible, visita el lugar donde tendrán lugar los hechos de tu novela, esto te permitirá empaparte de ambiente y mejorar el realismo y la viveza de tus descripciones, además siempre te ayuda a meterte más en la historia, como si fueras uno de los personajes (¡o todos!) Saca fotos y vídeo, toma notas, haz preguntas, graba tus impresiones y la información que consigas recopilar. Este material te servirá también para compartir en redes sociales cuando hayas publicado tu novela.


Ver caso práctico: Artículo "El germen de una novela", sobre El ídolo de Eva Lara.

Los museos y otros lugares temáticos pueden suponer una visita interesante de cara a la labor documental. Ve preparado con una lista de lo que quieres averiguar y toma toda la información útil que te sea posible (folletos, fotos si está permitido, notas…) siempre respetando las reglas del recinto.

Pregunta si hay guías o profesionales del tema a los que puedas dirigirte, ellos pueden aportar información extra que no está expuesta y que puede serte de utilidad.

Sea cual sea tu visita, te recomiendo organizar la información ese mismo día si puedes, cuando aún la tienes fresca.


6. Crear una agenda de investigación

Es fácil perderse en la maraña de documentación y te puedes pasar horas y horas buceando entre libros, páginas web y montones de datos. Para lograr optimizar esas horas y no estar solo investigando (en lugar de escribiendo) es conveniente prepararse una agenda de documentación. Para ello puedes considerar aspectos como:
  • ¿Qué días vas a dedicar a investigar?
  • ¿Cuánto tiempo al día?
  • ¿Qué fuentes vas a usar?
Prepárate una agenda marcando en ella los días y horas que dedicarás a ello y también las posibles citas para entrevistas o visitas para recabar información fuera de casa.

Ver caso práctico (novela El ídolo)
Descárgate la Agenda Documental

7. Aplicar la documentación

Normalmente llegarás a aplicar solo una parte de lo que has investigado, pero lo importante es que lo hayas aprendido para poder escribir con conocimiento y evitar meteduras de pata que deslucirán tu historia. Sin embargo, aunque ahora seas un experto en la materia, conviene no marear al lector (que probablemente no lo es) con tecnicismos que no entenderá solo para que se vea que sabes mucho del tema, eso resulta pedante y el lector perderá interés.

No vomites la documentación en la novela, el lector no quiere leer un libro de historia ni un manual sino una historia bien ambientada, evita los largos y pesados párrafos documentales, entremezcla la información recabada con la historia de los personajes, usa los diálogos para dar información, la descripción de ambientes y los eventos de la novela para mostrar en lugar de contar lo que has averiguado en tus investigaciones.

Por último, sé un poco flexible. Es importante ser preciso y veraz pero no te obsesiones con los hechos, ten en cuenta que estás escribiendo ficción, permítete alguna licencia (dentro de los límites de la discreción) si hace falta para encajar todas las piezas en tu historia. Todo en su justa medida, no es lo mismo una impresión del tipo “monje medieval usando un teléfono móvil en pleno siglo XIII” que una del tipo “personaje que en abril de 1948 usa una cámara que no se lanzó hasta junio de ese mismo año”. Son ejemplos extremos pero seguro que entiendes lo que quiero decir.

Una buena labor documental es muy importante y puede ayudarte a llevar tu novela a otro nivel, pero ten en cuenta que sigue siendo trasfondo, soporte, ayuda, y que debes tratarla como tal, no darle más peso que a la propia historia porque al fin y al cabo es tu historia la que quieres contar y por la que estás escribiendo tu novela.

A continuación te paso un caso práctico y unas fichas documentales que te pueden ser de ayuda a la hora de organizar tu investigación.

¡Suerte y a investigar! ;-)



CASO PRÁCTICO: Novela El ídolo   

Ficha documental I. Tópicos
Ficha documental II. Subtópicos
Ficha documental III. Agenda

FICHAS de DOCUMENTACIÓN para descargar

Ficha documental I. Tópicos
Ficha documental II. Subtópicos
Ficha documental III. Agenda






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