Un comienzo convincente

10 consejos para el inicio de tu novela


Has tenido una gran idea para escribir tu próxima novela, has tomado notas y hecho tus esquemas y organigramas, has investigado todo lo necesario para documentarte bien y tienes claro lo que quieres contar. Entonces viene la pregunta de turno: “¿y por dónde empiezo?”. Puedes empezar por donde quieras, por el principio, medio, final… es lo bueno de tener un camino trazado y una guía para el desarrollo de la historia. Pero de lo que te voy a hablar a continuación es del inicio de tu novela, de lo que se convertirá en las primeras páginas, lo primero que el lector conocerá de tu obra.


Éste es uno de los puntos más importantes y que debes cuidar especialmente ya que es como la carta de presentación de tu novela, el recibidor de la casa, el sales pitch de tu historia, y de su calidad dependerá que el lector pase al interior de la casa o dé media vuelta y salga por donde entró. No importa cuán bueno sea el resto del libro, si el inicio no funciona el lector no seguirá leyendo y perderás la oportunidad de mostrarle el resto.

Dicho esto, supongo que estarás deseando saber cómo mejorar el comienzo de tu novela, así que allá van unos consejos que pueden ayudarte:

1. Sin historias de fondo

Evita empezar la novela con historias de fondo, a nadie le interesa conocer el pasado de un personaje que aún no ha sido ni presentado. Las historias secundarias y explicaciones son importantes para saber de dónde viene un personaje o cómo se ha llegado a determinada situación, pero no tiene sentido servirlas antes de dar un mínimo de información sobre la historia principal.

2. Abre con personajes


Lo que conecta con el lector son los personajes; por muy buena que sea la historia y mucha acción que tenga, sin los personajes el lector no tiene con quién identificarse o por quién sentir lo que quiera que planees hacerle sentir. Abrir la historia con un personaje es por tanto conveniente, mejor aún si ese personaje (o uno de ellos si abres con varios) es el protagonista.


3. Engancha desde el inicio

El comienzo de tu novela será más eficaz si lo conviertes en un catalizador, una ficha de dominó que cae y desencadena toda una serie de acontecimientos. Tras la caída de esa primera ficha el lector querrá saber cómo cae el resto de las piezas, cuáles son esas fichas y hasta dónde llegará el “efecto dominó”.

4. Abre con un conflicto

Sin conflicto no hay historia. El conflicto es lo que hace que la narración se vaya desarrollando mientras trata de resolverse, es lo que hace que el lector vaya pasando las páginas porque quiere saber si llegará o no a solucionarse. Incluir un conflicto en el inicio de la novela ofrece impacto y ayuda a enganchar al lector.



5. Un comienzo movido

Más que una escena de acción, el inicio necesita “movimiento”, algo que dé sensación de progresión, de que la historia no está congelada desde el comienzo sino viva y dispuesta a avanzar. Puedes usar una situación de urgencia, un personaje que está viajando o simplemente moviéndose, la cuestión es que se muestre una progresión física.

6. Abre con una pregunta



Las preguntas sin contestar crean intriga, está en nuestra naturaleza tratar de resolver un interrogante que se nos ha planteado o encontrar la respuesta. Aunque solo sea por simple curiosidad, si se plantea una buena pregunta al inicio el lector continuará leyendo.



7. No confundas, guía

Si abres la novela planteando interrogantes, cuida de no despistar demasiado al lector o lo perderás en el momento en que se pregunte: “¿Pero de qué va todo esto?”. No se trata de confundirlo sino de despertar su curiosidad, y para eso debes darle la dosis adecuada de información, guiarlo para que él mismo formule los interrogantes adecuados, los que él mismo querrá después resolver.

8. Establece una escena inicial


No se trata de comenzar con una tediosa descripción de la escena (probablemente así aburrirás al lector en lugar de engancharlo y conseguirás el efecto opuesto a lo que pretendías conseguir) sino de establecer la situación, presentar de forma concisa pero efectiva lo que está ocurriendo. De esta forma planteas el dilema del héroe y, si es suficientemente atractivo, enganchas al lector, que querrá descubrir cómo conseguirá el personaje lidiar con la situación.
9. Establishing shot

Abrir de esta forma tiene mucho que ver con el punto anterior, pero es como una puesta en situación a la manera cinematográfica. Se puede iniciar la novela con una o dos frases en que se presenta a los personajes principales y su posición de partida.

10. Establece el tono

El inicio establece (o debería hacerlo) el tono de toda la novela, aquí el lector sabrá qué tipo de historia tiene entre manos, así que debes ser muy cuidadoso a la hora de establecer el tono adecuado para no despistar y que el lector, al seguir leyendo, se sienta decepcionado porque “esto no es lo que parecía…” Cuida también, por supuesto, de no destripar la novela al principio, el tono se puede marcar dando suficiente información como para identificar la historia pero sin llegar a contar más de la cuenta.


Y ahora... ¿sabes ya cuál va a ser tu comienzo? ;-)
Suerte y ¡a escribir!




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